La unica luz es la de una vela, el cuarto esta casi a oscuras, ronda en el un silencio estremecedor, se puede palpar la desaparición y la desesperanza. Se deja ver un rayo de luz, se abre la puerta, extrañada y temerosa, María Antonieta pregunta - ¿Quien es?, ¿Que quiere?-. Un susurro le contesta diciendo - Soy el Barón de Benseval. Y el silencio vuelve a tomar el cuarto.
M. Antonieta- Pensé que nadie llegaría hasta aquí, ¿Como es que ha llegado?
Barón- No interesa por que he llegado, lo importante es que estoy aquí.
M. Antonieta- Corres peligro estando aquí, mejor vete, esto ya esta perdido.
Barón- ¿Ahora me hechas?. No te hagas a la tonta, tu me mandaste llamar y no aparentes que no sabes nada o ¿Estoy mintiendo?...
M. Antonieta - Es que... Es que...
Barón- Es que nada, lo entiendes. Me he arriesgado a entrar y no vine a perder mi tiempo, así que digame para que me llamo.
María Antonieta trata de explicarle al Barón que se vaya, diciéndole - Olvida eso, fue un momento de debilidad , entiende no necesito nada de ti. ¡Vete!.
EL Barón, se voltea y se acerca a la puerta, de pronto Ma. Antonieta lo toma del brazo y le pide que se quede con ella, con la voz cortada, con lágrimas en los ojos.
Barón- ¿Quien te entiende?, primero que me vaya, ahora no ¿Has perdido la cabeza?.
Ma. Antonieta- Ya ni yo puedo contestarte esa pregunta, aquí las paredes todo lo saben, todo oyen y todo dicen, mejor preguntarles a ellas ¿N0?.
Barón- mmm... En fin, se puede dignar a decirme que es lo que necesita de mi.
Ma. Antonieta- Sabes bien la situación que estamos pasando ¿No?
Barón- Claro que si, la estamos viviendo en carne propia. No es lo mismo ver la guerra dentro del palacio, que fuera de el.
Ma. Antonieta- Por mi saldría, pero no puedo.
El Barón empieza a reír y dice - Ahora la reina esta exclavizada en palacio, disculpe usted no vi las cadenas de oro que la aferran aquí.
Ma. Antonieta le da una bofetada al Barón diciéndole - De mi usted no se burla ¿Lo entiende?.
Barón- Me esta hartando, lo sabe, digame por que demonios me hizo llamar.
Ma. Antonieta- Mire, cuando me entere que había regresado a Francia, no dude en mandarlo llamar, necesito de su ayuda, no sabia a quien mas recurrir.
Baron- Y usted, una reina, necesita la ayuda de un Barón, que no llega a un titulo de realeza, no me haga reír y no me este viendo la cara, para que tiene a los Aristócratas y miembros de la corte, ¡No me venga con patrañas!
Ma. Antonieta- Aquí en palacio nadie es confiable, la única persona de fuera, que podría ayudarme es usted y creo que por lo que hemos compartido no me defraudara.
Barón- ¿Compartido? ¿De donde?...
Ma. Antonieta- Se comporta como un caballero- Entre risas, prosigue - Disculpe usted si lo ofendí. Acaso se ha olvidado de las cartas donde juraba amor y me incitaba a no casarme, no se haga al desentendido.
Barón- Fue hace mucho tiempo, bien lo sabes.
Ma. Antonieta- Le pido ahora, que sigue sintiendo algo por mi me ayude y si no vayase.
Ma. Antonieta- Ya no me siento mujer, no me siento un ser humano, he perdido lo que tenia, la elegancia, el amor, todo...
Barón- ¿Y que tengo que ver con eso?
Ma. Antonieta- Quiero sentir otra vez, mi sangre fluir, mi corazón palpitar a todo lo que da, sentir, vivir, emocionarme otra vez...
Barón- No la entiendo.
Ma. Antonieta- Quiero sentir el placer de dejar el mundo, sentir que toco el cielo, que ya no soy mortal. Y para eso necesito de ti.
Barón- ¿Y el rey?
Ma. Antonieta- Esta muerto, acaso no te has enterado fue decapitado.
Barón- Pero, entienda por su memoria no puedo hacerlo.
Ma. Antonieta- Ya no existe, ha muerto, comprenda eso y ayudeme.
Barón- ¿Que dirán cuando me encuentren junto a su cuerpo?
Ma. Antonieta- No dirán nada, simplemente que tu me liberaste del reino, del rey y de la maldición de estar sola.
Barón- Señora, lo que me pide va en contra de mis principios.
Ma. Antonieta- Ya no interesan los principios, no sirven de nada, no son nada. En estos momentos lo único que importa es ser feliz y mi felicidad es sentirlo, como penetra poco a poco mi ser y lo va destruyendo. Ver como corre el liquido sobre mi cuerpo, como el placer del dolor va dejando una atmósfera de paz y victoria sobre la soledad y el olvido.
Barón- Pide mucho, no creo lograrlo.
Ma. Antonieta- Tienes que hacerlo, eres el único que puede, por algo estas aquí.
Barón- No es fácil...
Ma. Antonieta- Lo se, pero por piedad, decidete, mientras mas lo piensas mas dura mi calvario y la soledad se apodera y me va comiendo mi ser.
Barón- No estoy seguro, pero lo haré...
Ma. Antonieta- No te preocupes todo saldrá bien, confía. Me iré a cambiar, mientras prepara todo.
Ma. Antonieta entra al armario, sale con un vestido rojo sangre, con corcel, como si fuese a un gran baile.Empieza a escucharse música.
Ma. Antonieta- Comencemos. Toma lo en tus manos. Muevelo lentamente, fíjate en su movimiento. Ahora con mucho cuidado sientate sobre mis piernas y poco a poco ve acercándolo con cautela a mi pecho. Empieza a palpar donde vas a penetrar, con suavidad, cuando hayas situado el ángulo disponte a colocarlo. ¿Lo has colocado?
Barón-S... Si...
Ma. Antonieta- Llego la hora de que mi cuerpo se estremezca, esta parte depende de ti, ve penetrando con suavidad al principio y subiendo la intensidad hasta que este completamente dentro ¿Lo comprendes?
Barón- Si. Preparada hay va...
Ma. Antonieta gime y no se sabe si es de dolor o de placer.
La música para. El Barón al ver los ojos de Ma. Antonieta perderse, abruptamente se para no puede creer lo que ha hecho, arroja lo que tenia en las manos y sale corriendo dejando atrás el cuerpo de Ma. Antonieta sobre la cama impregnada de sangre, en el suelo la cuchilla, el viento hace danzar las cortinas y la victoria de la reyna a su lado.